9.5.06

Límite

La noche y mi cuerpo cansado. Un par de ruedas transportan la estructura metálica que me sostiene. Dos piernas corren sin pisar el asfalto dibujando círculos en al aire. Latidos y pedalear confundidos en una absurda carrera hacia algún lugar. Pienso. Exhalo aliento que se enfría en el aire de la noche helada. Hoy nadie me espera porque decidí poner un límite. Tuve que enjaular las maripositas mentirosas que jugaban con los colores y poner mi alma en terapia intensiva. Mi cuerpo se desplaza vacío sobre una bicicleta celeste mientras espero, con ojitos medio cerrados de tanto llorar, el momento de volver a unir mis piezas para poder recordar que la vida empezó otra vez, cuando supe decir basta.

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