16.7.06

Porque me fue preciso...

Escapé de las vías rectas, estrechas, de un tren con arribos programados y estaciones repetidas. Dejé de adjetivar como Carlos Morelli en “El cine que nos mira”: a cada sustantivo uno o dos adjetivos, increíble y desgastante frenesí del lenguaje. Ahora tengo espacios sin forma, dibujos a mano alzada, veredas para descubrir y días que se estiran como chicle cuando hay mucho para hacer. Hoy vivo líquidamente, flotando en el agua, desplazándome a mi antojo, sin necesidad de recipientes contenedores. Abrí la puerta de mi propia cárcel. Dejé atrás anclas, incomprensión y temor. Y tropecé con la canción número cuatro de Chavela Vargas en el Carnegie Hall, siempre una canción para subrayar ideas. Y olé!

“Se me hizo fácil borrar de mi memoria esa mujer a quien yo amaba tanto. Se me hizo fácil borrar de mí este llanto, ahora la olvido cada día más y más. La abandoné porque me fue preciso. Así abandono la mujer que a mí me ofenda. Voy a buscar otro amor que me comprenda, este lo olvido cada día más y más.”

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