26.9.06

Septiembre

Yo también escribo. Y me acuerdo. Y no imaginaba esto cuando te escondías en diez palabras. Es lógico perder la ilusión cuando todas las olas del mar llegan a la orilla y se desvanecen en su propia inconsistencia, cuando los espíritus que se nos acercan suenan como guitarras desafinadas.
El espejismo del oasis en el desierto o el barco salvador para el náufrago. Visiones y esperanzas. Te esperaba con la certeza de que llegarías, con la templanza de un hombre sabio y las ganas de vivir de un condenado a muerte.

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