18.11.06

Bienes indivisibles

-¿Qué hacemos con todo lo que tenemos?
-Lo dividimos.
-¿Cómo?
-Equitativamente.
-Eso es imposible. Alguien siempre tiene que guardarse en el bolsillo el amor (antes compartido) que queda sin destinatario y el dolor de mirar el naufragio desde la costa sin poder hacer nada.

Se quiebra esa momentánea ilusión del 2x1 (tan común en los supermercados). Las individualidades chocan extrañas; antes se fusionaban. Esa cama la compramos para vos y para mí. No quiero la mitad del sommier ni un fajo de billetes que compre mi ausencia en el lado izquierdo. Tampoco me interesa ese acolchado que vos quisiste verde y yo azul y que en definitiva se compró verde. Nuestro problema más grande en ese momento eran los colores! Hoy no me importaría que las sábanas fueran verde loro con lunares lila si escondieran en sus pliegues a la persona que quiero. Es muy triste dividir lo material impregnado de simbologías compartidas. Cada plato, cada taza, cada toalla tiene su anécdota especial. Pero si no hay alternativa ni vuelta atrás ni arrepentimiento ni amor, armo el bolso, cierro las cajas y me voy con mi música a otra parte.

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