22.11.06

Qué lo parió!

Me hiciste acordar a Mendieta (el perro de Inodoro Pereyra) cuando soltaste ese comentario y después me dio risa. La intriga quedó porque apuesto mis versos a que algo más tenías para decir y no lo hiciste. De todas maneras ya no me importa porque sigo pensando que uno decide su destino aunque a veces duela tomar las decisiones a la fuerza. La indiferencia lastima más que una puteada porque a esta última se la puede aplastar con otro insulto más hiriente. Pero ante la indiferencia no queda otra opción que dar media vuelta y salir silbando bajito con las manos en los bolsillos y el famoso pucho-Cortázar-metáfora en la boca.

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