El "gran amor" se perdió. Sabemos que era "ese" porque el dolor es profundamente único. Quizás lo bueno es que lo peor ya pasó; tal vez, como decía Borges: cuando el hombre perdió todo, dueño es de su vida y también de su muerte. Es posible que los próximos enamoramientos sean cautelosos, como mirarse desde lejos para no regalar (y perder) el alma otra vez.
Sin embargo no puedo matar esta sensación de nostalgia por mi amor perdido (entiéndase: amor = sentimiento = lo que yo tenía para dar). Algo así como pasar todos los días por un galpón y ver en un rincón los restos oxidados, retorcidos, irreconocibles y abandonados de un automóvil que antes de ser arrollado por un tren, paseaba su esplendor y se creía indestructible.
1 comentario:
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