Tengo tu foto y la miro con ojos de haberte tenido. Me quedé pensando en eso cuando me cuestioné si era sano para mí verte mirándome desde tu encierro de 10x15. Y entendí esa diferencia que hace de ese retrato un souvenir y no una eterna adoración platónica enfermiza. Es un recuerdo materializado. ¿Por qué no recordar a cada momento que fuimos dos en uno?
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