25.4.07

Lamento invernal

Encapsulada. Encerrada en sweaters. Asfixiada en poleras. Pies fríos. Piel escondida, cada vez más blanca. No funciono en el invierno. Cada año quiero dinamitar el almanaque y dejar un cráter gigante donde viven mayo-junio-julio-agosto. El aire helado me lastima. Somos pedazos de carne dentro de un gran freezer. No existe alegría en el frío. Todo se paraliza, se duerme. Nos convertimos en espíritus introvertidos.
Saltemos de un invierno danés a una primavera caribeña y veremos como en la cara más triste se dibuja una sonrisa.
Les regalo el sur entero con sus glaciares, bosques mágicos, mitologías de arrayán, cabañas de cuentos, bambis perdidos, chocolates, trineos y perros en la nieve. No me interesa que se rompa el Perito Moreno ni la millonada de japoneses que lo acribillan con sus cámaras fotográficas. No quiero patagonia interminable, desértica, rutas infinitas y aburridas. No quiero faros que iluminen oscuridad de fin del mundo. No sirve tanta tierra sin gente. No abriga el alma ese mar austral. Yo quiero mi playa con arena blanca y mis pies en un mar cálido y transparente, quiero música cuando sale el sol y cuando llega la luna para hacerme compañía en las noches que no estás. Quiero el cuerpo sin ropa, envuelto por el viento caliente y silencio quebrado por palabras de pájaro.
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2 comentarios:

Anónimo dijo...

Siento estar en desacuerdo con usted (ya sabe, eso casi no pasa entre nosotras) pero yo adoro el frío...Paso a explicar en líneas generales porqué: la soledad es, a mi criterio, tan triste en invierno como en verano (acabemos con el trillado convencionalismo aquel de que el frío no puede más que deprimir y el verano alegra los corazones...y si no, desafío a cualquier a pasar uno en mi bien amada Tucumán...eso sí da ganas de llorar). Cuando hace frío da la sensación de que las cosas van más despacio, pero las casualidades se aceleran... El frío pide abrazos, y es ocasión propicia para los encuentros más calurosos...
Nada en particular en favor de la patagonia (que es bonita, sí, claro) y puestos a elegir sí, prefiero el caribe y sus ritmos...pero sólo puedo hablar de los fríos y los calores que conozco, estos de por acá nomás, ni muy muy ni tan tan (si se quiere ;)...
Me hice entender?
Si no, no importa...nada más ganas de comentar y dejarte un abrazo grande! :)

Paula dijo...

Cada una de nosotras sufre los extremos, de ahí que en cuestiones climáticas encontremos diferencia de criterios y vivencias...

Está muy bien eso de que el frío propicia abrazos, pero... y si uno busca y no los encuentra?

Dice Ismael: "Ana, ¿dónde será la batalla próxima en que perdamos la guerra contra la soledad?"

Espero que a mi me encuentre en los paisajes del caribe porque no estoy segura de poder soportar otro final dentro de un invierno marplatense.

Es un honor para mi cuarto recibir tus visitas y tus comentarios (ya lo sabés)... Otro abrazo para vos!