Este Puerto del Callao con alboroto de mercado del siglo XV se parece a un retroceso. Ni el color estridente de casitas coloniales me deja olvidar tu mapa de callejones empedrados. Tanto bosque me tapa el sol y tanta altura me congela el cuerpo. Tanta distancia eliminada y vuelta a construir. Sobran miradas amigas pero me faltan tus ojos en el silencio del abrazo clandestino.
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