28.4.08

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Yo sé que estas cosas no se dicen. Yo sé que la madrugada distorsiona y conmueve. Y la razón cae desarmada en una cantina llena de confesiones. Me acuerdo que prometí no asustarte con mi amor exagerado. Pero cuando pienso en vos se me olvidan los tropiezos y las heridas. Y tengo ganas de romper lo pactado y dejar sin efecto el amor prudente y calculado y darte mi existencia entera para siempre. No hay vida en otra parte. No tiene sentido buscar en lugares equivocados. Quiero vivir en un paraíso de acuarelas verdes, mar profundo que puede sostenerme o ahogarme. Tu cuerpo encierra razones de imán, mística erótica, locura inclasificable, borrador de tristezas, corregidor de guiones mal escritos, posibilidad de hoja en blanco. Es el abismo y es el éxtasis. Es caminar al filo del precipicio y sentirse vivo en el riesgo de cada paso.
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1 comentario:

Anónimo dijo...

Me gusta, me gusta...
Si cada vez que te vas, volvés con cosas como éstas entonces se festejan sus ausencias de vez en cuando.
A veces pareciera que la escribir algo nuevo es siempre volver sobre nuestros propios pasos...hay cosas que nunca terminan de exprimir todo su lirismo. Y vos tenés que con qué, porque te ha quedado bien redondito.

Un abrazo tuculandés