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Se mezclan los recuerdos y la música distorsiona la noche. Sobra nostalgia, duele lo perdido casi tanto como el cielo sin estrellas y esta playa solitaria. El vino marea mi razón y fusiona las sensaciones de cuerpos junto al mío. Tantas voces, tantas despedidas y el mismo vacío insomne de ausencias y resignación. Qué importa amanecer vulnerable de alcohol y melancolía. La playa se irá llenando de sol, gaviotas y perros y yo iré mar adentro con mi tristeza hasta que las olas escupan mi cuerpo sin vida.