"Pero, qué maravilla es haber estado en Ulan Bator! Más para mí que vivo en los bellos nombres. Vivo en ellos como en mansiones de sueño que me estuvieran destinadas. Así he vivido, gozando de cada sílaba, en el nombre de Singapur, en el de Samarcanda. Deseo que cuando me muera me entierren en un nombre, en un sonoro nombre bien escogido, para que sus sílabas canten sobre mis huesos, cerca del mar."
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