Quise
abrazarte por última vez antes de entregarme al incierto itinerario
que me espera. Quise encontrar una mirada, una palabra, un beso que
sintieran lo mismo que yo. Quise escucharte decir algo que no salió
de tu boca. Y me fui con mi amor a otra parte, una tarde cualquiera a
mitad del año, ignorando definiciones que encasillan y limitan los
sentimientos. Es posible que te olvides de mí en el sabor de otros
besos y el frío del sur me convierta en recuerdo. Es posible que la
distancia se vuelva eternidad sin vos. Es posible que te extrañe y
te escriba textos interminables que nunca leerás porque mi amor es
tan intenso y persuasivo que todo lo pinta y todo lo envuelve y todo
lo aleja. Tal vez empiece a vagar en calles y cafés configurando
nuestro recuerdo en conversaciones de otros, en siluetas de extraños,
en penumbras y silencios. Y cuando por fin comprenda que ya no estás
aquí, será el momento de arropar a mi amor que se quedó solito.
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