Cuando
pensás que el sol que entra en tu ventana no es el mismo que ahora
calienta esa tarde en esa calle que está lejos y te imaginás los
colores exactos de esa plaza y caminás desde tu mente y contás los
árboles que vas mirando al pasar y sentís el viento en tu cara y
respirás profundo para llenarte los pulmones y el alma de ese
aire que hoy tanto te hace falta. Cuando todo empieza a tener sentido
allá, es hora de volver.
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