Tropezón no es caída. Ilusión no es realidad. Dolor de cambio de piel, de metamorfosis. De palabra escrita a trazo de lápiz. Del recuerdo de una tarde y un andén y un tapado viejo que envolvía tu cuerpo; esperabas y no sabías qué traía yo entre mis huesos. De un tren a otro nos llevaron los pies mojados y no supimos ver que nos quisimos demasiado.
El tiempo trajo un sol opaco y un gusto rancio. Caminé a ciegas, buscando(te), presintiendo tus ganas de escapar, deshaciéndome a cada paso. Busqué mil maneras de enamorarte otra vez y encontré la muerte luchando inútilmente por salvar nuestro amor.
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