No me importa...

No me importan tus zapatos y menos tus pies. No necesito que tu ojo-cíclope zoomx4 se fije en mis formas. Me da igual el rumbo de tus pasos y quien elijas como compañía. Desconfío de esos garabatos torpes, metodología barata y vana, que te hace dibujar la bisnieta de Freud. El poder para descubrirse y mejorar está en uno mismo. Cuando la manada de imbéciles entienda esta verdad se acabará por fin el alquiler prostibulario de oídos y divanes. No necesito decir que un compás no va más allá de su circunferencia porque siempre tiene una patita en su centro y por eso mis alas hoy me llevan lejos de esta tierra revuelta. Atado a una cadena de dos metros un perro enloquece, camina pisando sus desperdicios y ladra culpando a otros.
El tiempo se llevará todo en sus bolsillos sin fondo: mi dolor, tu insensatez y el rincón-curva con poder de nido, allí donde tus lágrimas irán a buscarme demasiado tarde.