Revivir

La tormenta destruyó mi alma. Y después de una “agonía laboriosa” (al decir de Borges) no tuve más opción que revivir. Busqué entre los escombros los silencios de la reflexión y anoté mis errores con letras rojas para no volver a repetirlos. (obsesivamente) Convertí en curva toda recta sobreviviente. Borré números, disfracé recuerdos, ensayé besos nuevos. Me miré al espejo y me encontré.
Siempre hay alguien que se acerca con calorcito de mate recién cebado para ayudar a reconstruir. Por eso quiero transformar palabras en abrazo. Porque necesito dar “gracias” a quien me abriga en “tiempos de intemperie”.