30.6.06

Abbey Road II

A veces mi mente se escapa y no quiere colaborar con mi vida. Los días tristes se va tan lejos que la pierdo de vista y me cuesta encontrarla. Y otros días, cuando el sol quema hasta los huesos y el cielo es tan celeste que parece transparente, el alma también se va pero me lleva atada con un piolín. Vuelo como un barrilete sin dueño ni tierra firme. Veo toda la ciudad desde arriba y me río de cualquier cosa y lo inexplicable encuentra su razón de ser. La muerte desaparece cuando intuye mi cercanía porque sabe que estoy poseída por un amor nuevo. Cuando dos almas se juntan como los anillos de los gemelos fantásticos, no hay villano que se atreva a enfrentarlas.

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