16.12.06

Regateo

Sábanas más cansadas que nuestros cuerpos. Ventanas abiertas, persianas bajas. Rayos de sol entrando por las hendijas como agujas de tejer doradas pinchando el aire viciado de perfume y palabras. Manos, piernas y bocas, enredadas, confundidas entre tanta piel recorrida. Día, noche, qué importa? Y pensar que te pedía besos y me ofrecías abrazos. Regateo de sensaciones. Sin embargo queríamos las mismas sábanas más cansadas que nuestros cuerpos y las ventanas abiertas y las persianas bajas…

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