Mirá que me estás costando un toco de versos eh! Y sin embargo no hay nada más lindo que este juego de deseos no correspondidos. Nada más inspirador que la posibilidad de robarte un abrazo o un beso. Tan distintos a esos que se regalan por ahí, que ni hay que pedirlos porque los tiran a la marchanta. Y por eso no tienen valor.
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