“Es, ya lo sé, el amor; la ansiedad y el alivio de oír tu voz, la espera y la memoria, el horror de vivir en lo sucesivo. Es el amor con su mitología, con sus pequeñas magias inútiles.”
> El amenazado > J. L. Borges
Esto de andar perdiendo la vida por un par de días y encontrarla después de buscarla tanto es agotador. Caminaba hacia vos, orientada por una brújula mentirosa que marcaba un norte que me llevaba al sur. Las calles me parecían una película desenfocada, mal editada, muda. El viento frío no frenaba mi andar desesperado. Y por fin, me detuve frente a un teléfono y desafié a la desilusión de no encontrarte. No me asustaba perderte (durante algunas horas) entre los días de la semana. Me angustiaba la indefinición del día después de ese sábado apocalíptico que nos dejó en carne viva. Me ahogaba la nada después del todo. Salí a caminar y encontré tu voz y recuperé la calma que tanto necesitaba.
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