A mitad de camino entre el no ser y el haber sido. Con las llantas lisas y el color pasado de moda. Sin ganas de restaurar lo que el tiempo curtió en buena ley porque resistimos tempestades y hay cuerda para rato. Con más lecciones aprendidas a los golpes y alguna que otra probadita del paraíso. Echando raíces como un gran árbol que agradece dando sombra. Recordando cuando el alma lo pide y compartiendo cuando alguien me escucha. A gusto dentro de mis zapatos, no tanto frente al espejo pero… quién puede contra el tiempo?
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