Vivo estos últimos días embriagada de relatividad. Todo me da lo mismo. Las aguas no me arrastran pero tampoco mantienen a flote mis ganas de vivir. Es difícil explicar lo que siento, tan absurdo como cuando contamos un sueño y decimos: “soñé con fulano pero no era fulano”… esa ausencia de imágenes que confirman sensaciones, residuos de experiencias oníricas. Me alimento de palabras. Vomito recuerdos. Me duele el alma y la veo venir a Mafalda preguntando cómo hacer para ponerle una curita. Es tan común a todo ser humano esta angustia existencial que me da asco, impotencia. Me esfuerzo por ser buena compañía para quienes están hoy conmigo. Si no puedo hacerlo por mí, al menos por ellos que me sostienen cuando me desvanezco. Me desespera este interminable blablabla de libros y blogs y mails que se convierten en la única forma de realidad posible. Personas convertidas en comic sans roja o times new roman verde cursiva y negrita. ¿Y dónde busco los abrazos? ¿Quién me da la mano cuando tengo frío y no puedo más? Las palabras que me salvan vienen de lejos, los abrazos y los besos quién sabe donde andarán…
2 comentarios:
Qué bonito, me dieron ganas de abrazarte. Me gustó mucho :)
Adrián: Gracias por tu comentario... y por el abrazo ;)
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