Suena el himno nacional en una radio cualquiera. No son las doce ni fecha patria. Son las tres menos diez de la madrugada y las palabras ahogan algunos besos que tendría que haberte dado. Una isla propia improvisada en un mar de noches. De tierra roja y sábanas con nuestras formas. Más palabras que silencios, más miradas que besos, más amor que otros días, más preguntas para traerme en la mochila. Recetas para vivir al día, tomando pequeñas dosis de recuerdos. Una gotita al despertarme y otra cuando hace falta. Para no olvidarme que fuimos una sola pieza. Un cubo mágico donde cada color cayó en su casilla y se armó por fin. Una paleta de colores que tratamos de definir pero no pudimos con nuestras almas. Porque no somos vos y yo. Existe, además, el resto del planeta.
Pág.16 > "Latitud 38 Sur"
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