22.9.13

Y así...


Y así como así, sin lágrimas ni vandalismo volví caminando muy lento, como arrastrando el peso de lo que fue y de lo que vendrá. El sol a pleno en un día que amaneció lluvioso y yo con mi paragüas oficial de Mary Poppins en una mano y el resto de nuestra última comida que pedí “para llevar”. La escena no podía ser más grotesca y lamentable y pensé que bien podrían ir en ese tupper los restos de mi alma y de este amor. Tres horas sin más contacto que las palabras, sin más deseo que saciar el hambre de comida. Traté de hablarte de películas y del libro que estoy leyendo, luego repasé mis (¿nuestros?) planes para el año que viene y hasta quise retomar la postergada idea de enseñarte a jugar ajedrez. Ninguna opción tuvo quorum. Se nota que el fuego se apaga de a poquito con una tenue llovizna y siento que no hay nada que hacer.  



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