Necesito volver a mi camino aunque no
esté bien asfaltado. Las mismas piedras están ahí con la intención
de hacerme tropezar y aunque las quite de la senda, el viento o quién
sabe qué magia misteriosa las vuelve a poner allí. Algún día
encontraré la forma de pulverizarlas, tal vez solo es cuestión de
matarlas con la indiferencia.
Vuelvo a mi camino después de un alto
obligatorio que me deja con más cicatrices que antes. Despacito a
levantarse, a limpiarse el polvo de la ropa y seguir avanzando sola,
con mis perros, con mis pensamientos, con mis fantasmas que, ya lo
entendí, jamás desaparecerán.
1 comentario:
Nuestros caminos pueden estar llenos de tantas y tantas cosas. Pero son nuestros caminos, y hay que caminarlos.
Saludos :)
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